Los muchachos pasaron la noche a bordo pero Tupaia tuvo que acompañarles para tranquilizarlos. Su presencia fue determinante para que algunos de esos enfrentamientos no terminaran en baños de sangre y para que el trato que recibieran fuera, en términos generales, amistoso. Es de destacar que a pesar de llevar más de un año de viaje, el Endeavour tenía a casi toda su tripulación intacta pues solo había sufrido 7 bajas respecto a la tripulación que partió de Plymouth, la mayoría de ellas por accidentes.