Fue la primera vez que tuvieron oportunidad los técnicos de la selección española de ver qué tal se desenvolvía en competición esta generación, con la que ya empezaron a trabajar en vistas de lo que puedan ofrecer en sucesivos años antes de dar el salto a las categorías superiores. Las malas condiciones físicas en las que estaban todos, la noche cerrada, la gran cantidad de nieve caída y la fuerte tormenta que no cesaba hicieron imposible la tarea de acarrear a los dos hombres hacía el pequeño refugio o encender un segundo fuego, y todo lo que pudieron hacer fue cubrirlos con ramas esperando que pudieran aguantar la noche.