En cambio en la jornada 35ª las escasas opciones europeas se esfumaron al empatar 2-2 en casa del colista Getafe, resultado que a punto estuvo de ser una derrota pero un enorme Diego Alves volvió a salvar al equipo. El equipo mejoró en implicación, carácter, actitud, y plantó cara a grandes rivales como el Atlético de Madrid (poniéndolo contra las cuerdas en Copa), el Barcelona (al que consiguió derrotar contra todo pronóstico en el Camp Nou por 2-3), el Real Madrid (al que estuvo a punto de vencer en el Bernabéu pero en el último minuto recibió el gol del empate 2-2) y el Sevilla.